miércoles, 2 de diciembre de 2020

Dia 90

 

  • Clase desarrollada en el último encuentro del año:

  • Presentar el título del cuento “El pájaro del alma” de Mijal Snunit.

  • Invitar a los niños a imaginar y decir de qué se tratará el mismo.

  • Leer el cuento y trabajar oralmente con las siguientes preguntas:

¿Qué les pareció el cuento? ¿Qué sintieron al escucharlo? ¿Qué le sucede al pajarito cada vez que nos hieren? ¿Y cuando alguien nos quiere? ¿Cuándo alguien nos llama, cuándo alguien se enoja, cuándo alguien nos abraza? ¿De qué está hecho el pájaro del alma? ¿De qué son esos cajones? ¿Agregarían otro cajón? ¿Qué nos quiere decir el pájaro del alma? ¿Qué es conveniente para poder escucharlo? 

 

 


El pájaro del alma.

Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo

habita el alma. Nadie la ha visto nunca

pero todos saben que existe. Y no sólo

saben que existe, sino también lo que

hay en su interior. Dentro

del alma, en su centro, está, de pie

sobre una sola pata, un pájaro: el

Pájaro del Alma. Él

siente todo lo que nosotros sentimos.

Cuando alguien nos hiere, el Pájaro del

Alma vaga por nuestro cuerpo, por

aquí, por allá,

en cualquier dirección, aquejado de

fuertes dolores.

Cuando alguien nos quiere, el Pájaro

del Alma salta, dando pequeños y

alegres brincos,

yendo y viniendo, adelante y atrás.


Cuando alguien nos llama por nuestro

nombre, el Pájaro del Alma presta

atención a la

voz, para averiguar qué clase de

llamada es esa.

Cuando alguien se enoja con nosotros,

el Pájaro del Alma se encierra en sí

mismo silencioso y triste. Y cuando

alguien nos abraza, el Pájaro del Alma,

que habita hondo,

muy hondo, dentro del cuerpo, crece,

crece, hasta que llena casi todo nuestro

interior. A tal punto le hace bien

el abrazo.

Dentro del cuerpo, hondo, muy hondo,

habita el alma. Nadie la ha visto nunca

, pero todos

saben que existe. Porque el alma se

introduce en nosotros cuando nacemos

, y no nos abandona ni siquiera una vez

mientras vivimos. Como el aire que el

hombre respira desde su nacimiento.

Seguramente quieres saber de qué está

hecho el Pájaro del Alma. ¡Ah! Es muy

sencillo:

está hecho de cajones y cajones; pero

estos cajones no se pueden abrir así

nada más.

Cada uno está cerrado por una llave

muy especial. Y es el Pájaro del Alma

el único que

puede abrir sus cajones. ¿Cómo?

También esto es muy sencillo: con su

otra pata.



El Pájaro del Alma está de pie sobre

una sola pata; con la otra – doblada

bajo el vientre

a la hora del descanso- gira la llave,

moviendo la manija y todo lo que hay

dentro se

esparce por el cuerpo. Y como todo lo

que sentimos tiene su propio cajón,

el Pájaro del

Alma tiene muchísimos cajones.

Un cajón para la alegría y un cajón

para la tristeza; un cajón para la

envidia y un cajón

para la esperanza, un cajón para la

decepción y un cajón para la desesperación,

y un cajón para la paciencia y un cajón

para la impaciencia.

También hay un cajón para el odio, y

otro para el enojo y otro para los mimos.

Un cajón para la pereza y un cajón para

nuestro vacío, y un cajón para los

secretos más ocultos (éste es un cajón

que casi nunca queremos abrir).

Y hay más cajones. También tú puedes

añadir todos los que quieras.

A veces el hombre puede elegir y

señalar al pájaro qué llaves girar y

qué cajones abrir.

Y a veces es el pájaro quien decide.

Por ejemplo: el hombre quiere callar y

ordena al

pájaro abrir el cajón del silencio; pero

el pájaro, por su cuenta, abre el cajón

de la voz y el hombre habla y habla y

habla. Otro ejemplo: el hombre desea

escuchar tranquilamente,

pero el pájaro abre, en cambio, el

cajón de la impaciencia; y el hombre

se impacienta.



Porque el Pájaro del Alma no es

siempre un pájaro obediente y a veces

causa penas…

De todo esto podemos entender que

cada hombre es diferente por el Pájaro

del Alma que

lleva dentro. Un pájaro abre cada

mañana el cajón de la alegría; la

alegría se desparrama

por el cuerpo y el hombre está dichoso.

Otro pájaro abre, en cambio, el

cajón del enojo; el enojo se derrama

y se apodera de todo

su ser. Y mientras el pájaro no cierra

el cajón, el hombre continúa enojado.

Y lo que es más importante: hay que

escuchar atentamente al pájaro.

Porque sucede que el Pájaro del Alma

nos llama y nosotros no lo oímos.

¡Qué lástima! Él quiere hablarnos de

nosotros mismos, de los sentimientos

que encierra en sus cajones.

Hay quien lo escucha. Hay quien rara

vez lo escucha. Y quién lo escucha sólo

una vez.


Por eso es conveniente, ya tarde en la

noche, cuando todo está en silencio,

escuchar al

Pájaro del Alma que habita en nuestro

interior, hondo, muy hondo, dentro del

cuerpo, mimarlo y llenarlo de besos,

para que al comenzar, un nuevo día,

el Pájaro del Alma, despierte alegre y

contento.

  • Mencionar que nuestro pajarito interior pasó por diferentes emociones este año por eso los invitamos a compartir recordando esos momentos. 

  • Acompañar este momento con la rueda mágica. https://wordwall.net/es/resource/7599091 

  • Dar un momento para la merienda, para poder seguir charlando y compartiendo anécdotas, emociones, etc. 

  • Para finalizar el encuentro, escuchar y cantar la siguiente canción.



  • Realizar una oración, en agradecimiento por este momento compartido y por todo el esfuerzo realizado durante este año.



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